Tan extraña como llena de un contenido místico y dispuesta a confundir al que se dejare, fue esa película llamada El Topo la que vi. Se quedaron grabadas en mi cabecita las imágenes, muchas de ellas tan peculiares (he odiado por siempre la palabra peculiar... inevitable), me dieron vueltas en la mente y en mis sueños de 12 horas. Tan grande fue el efecto que me causó, que empujaba a la gente por Morelos y no me di cuenta de que llovía porque estaba tan mareada, lo noté hasta que me subí al camión.
Quizá tenga la ligera sensación de haber mentido, por haber pasado todo en jueves.
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