25 agosto 2017

Pensamientos oficinistas

Ayer consideré otra vez ese mundo idealista de la ciencia y la vida intelectual. Si bien es cierto que yo podría seguir por mi cuenta con proyectos así, y pretendo hacerlo, estar dentro de un círculo social con aspiraciones similares es muy enriquecedor.

Es una pena que encontrar un buen puesto en la academia sea tan difícil. Es lo único que me hace cambiar el rumbo y apuntar hacia un puesto en alguna empresa. Un puesto en alguna empresa donde tenga un horario fijo, una estabilidad aceptable y que me permita concentrarme en proyectos personales.

El idealismo puede ser muy costoso y creo que si me la juego por otro lado la recompensa puede ser más grande. Para qué está uno vivo sino es para arriesgarse?