09 abril 2011

Eso no importa, porque el perro va dejando otro perrito

Bueno, está la Gran Bola Metafísica. Está y es. Ella es el caos y el orden juntos. Es el absurdo en su máximo esplendor: la razón. ¿Bola, caray, para qué creaste la razón y la dejaste perdida en una pelusa llamada Vía Láctea?
Pero aquí estamos ya. Lo que hacemos es crearte, Bola, con nuestras acciones. Pues incluso el esperar sin hacer nada, ya es una acción.
Y la Bola es tan grande y tan maravillosa, que existe aunque tú y yo no lo sepamos. Vamos a morir y a fundirnos en ella y así como las llamaradas largas del sol, saldrán una que otra alma para volver a representar este remedo de vida.

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