Comenzaron mis vacaciones y me enfermé de infección en la garganta/gripe. Es irónico que el día que me decido a darle más orden y disciplina a mi vida surge el obstáculo de la enfermedad. Ahora menos ganas tengo de hacer mis deberes y sólo quiero estar en cama.
Hace rato, esperaba a que el agua hirviera para preparar té. Sentí curiosidad, toqué la olla con los dedos y me los quemé un poco. Es raro sentir como si la piel se levantara un poco, como si muriera y ya no perteneciera a mi cuerpo.
Ayer tuve junta con mis asesores y me volví a sentir como un idiota. La reacción a esto es buscar la tranquilidad y la regularidad. Sin embargo, eso no es más que una trampa, pues en el borde, en el batallar del ascenso, se encuentra la vida.
14 diciembre 2011
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